La escapada a Chaouen comienza tras hacer un trayecto desde Tarifa en ferry hasta Tánger y luego en taxi compartido desde Tánger hasta Chaouen. Más o menos unas 4 horas viajando en total entre barco y taxi.
Esta escapada forma parte de un viaje de 4 días por el norte de Marruecos en el que recorrimos tres ciudades: Chaouen, Tetuán y Assilah.
Fue en Semana Santa, comenzando el viaje en la tarde del miércoles Santo en Tarifa, donde pasamos una noche para poder salir temprano el jueves hacia Marruecos. Vamos a empezar por la primera etapa del viaje que fue la escapada a Chaouen y en siguientes artículos contaremos la de Tetuán y la de Assilah.
Como había algo de temporal en el estrecho de Gibraltar y se corría el riesgo de que nos cancelaran el ferry de vuelta contratamos un seguro de viaje con IATI que nos cubría este tipo de imprevistos.
Es algo que solemos hacer cuando vamos de viaje y dependemos de aviones, barcos o trenes, porque como falle uno y nos deje en tierra… a ver cómo volvemos luego. Por suerte con este seguro tenemos cubierto el asunto. Pero no solo eso, también por si hay algún problema de salud es bueno tener cobertura médica en el extranjero, más vale prevenir.
Si queréis más información sobre este seguro del que hay varias modalidades nos gustaría comentaros que si lo reserváis a través de este enlace os podéis beneficiar de un 5% de descuento gracias a un acuerdo que hemos llegado con IATI. Siempre viene bien un ahorrillo a la hora de planificar el viaje.
Primeros pasos en Chaouen
Al llegar, como conocemos más o menos la ciudad de Chaouen, nos dirigimos hacia la zona del riad que habíamos reservado, no sin ser importunados como 10 veces por los «amigos» que quieren indicarte el camino, ofrecerte alojamiento o «chocolate» sin cacao.
Al final casi conseguimos llegar al riad pero aparece uno de estos guías instantáneos y nos dice que él nos indica que por esa calle que vamos no podemos pasar porque es privada para quienes viven ahí, que él nos dice dónde está el alojamiento. La calle la verdad es que parecía un patio más que una calle, igual era verdad que no se podía pasar por allí. Para él fue la excusa perfecta para abordarnos.
Le decimos que no, que no hace falta, que nosotros sabemos dónde está, y nos dice que estemos tranquilos, que él no es guía ni nada, que él solo vive por allí y nos va a decir por dónde está porque es día de mercado y no vamos a encontrarlo con tanta gente.
Le decimos que no, pero insiste e insiste y ya, por pesadez, por agobio y por querer llegar y soltar el equipaje, lo dejamos que nos lleve. El amigo nos dio 7 vueltas por las calles de alrededor, porque estábamos justo al lado del riad, y lo que hizo es darnos un giro de campeonato para hacernos sentir tontos de capirote.
De lejos vemos el riad y decimos «Ah vale, es ese, muchas gracias», pero le da igual y sigue andando con nosotros. Se para en la puerta, señala con el dedo y dice «Ahora págame», a lo que le contestamos «Tú no decías que no eras guía?», y nos dice «Yo también tengo que comer».
Como nos molestó que nos hiciera eso y porque tampoco llevábamos suelto, le dimos 5 dh (unos 50 céntimos de euro) que es la vuelta que nos había dado el taxista de Tánger. Miró con mala cara el dinero, en plan «esto es una birria» y se fue sin decir adiós. Pues nada, adiós muy buenas.
El riad en Chaouen
Entramos al riad, el recepcionista es muy amable y el alojamiento, a simple vista, parece estar bien. Como siempre, lo habíamos reservado en Booking que, para nosotros, suele ser sinónimo de garantía, hasta esta vez.
Antes de llegar a la habitación, lo que fue la primera impresión en las zonas comunes no fue mala, se veían humildes pero bien, con cierto encanto y una decoración típica que invitaba a hacerse las típicas fotos.
El riad en el que nos alojamos se llama Dar Touijar, y nos costó 29€ (nos quisieron cobrar más en dirhams pero nos dimos cuenta), con muy buenas opiniones en Booking y TripAdvisor.
La habitación estaba en la segunda planta, y desde el área común no tenía mala pinta, la única pega exterior es que desde fuera se veía por la ventana el interior, y por la noche más aún con la luz de fondo.
La habitación es una especie de zulo con humedades, que nos negamos a reconocer porque teníamos muchas ganas de irnos a recorrer Chaouen, comer y relajarnos. Como se ve en la foto, la cama estaba encajada en un rincón, un interruptor de la luz no funcionaba y apenas había sitio para colocar nada, las maletas estuvieron por medio todo el tiempo.
Normal que tuviesen ventanas y puertas abiertas de par en par, el olor a cerrado era casi insoportable. El espacio central, la «salita», estaba ocupada por una mesa y dos sillas viejas, con un perchero de pie en el que colgar tres cosas y poco más.
Nos da la risa tonta al comprobar detalles como que la tapa del WC está rota, que la ventana tienen un plástico en plan persiana y cosas así. Pero no queremos perder el tiempo, así que nos piramos y ya veremos cuando volvamos.
El recepcionista nos dijo que subiéramos a la azotea para disfrutar de unas buenas vistas de la ciudad, y que podíamos ir cuando quisiéramos. La verdad es que esto es un punto a favor, aunque veas el cementerio desde allí, también tiene su interés turístico, pero realmente no vas a dormir en la azotea. Compartimos una foto de la azotea y otra con las vistas que ofrece.
La medina de Chaouen
Empezamos a recorrer las calles de la bonita medina, la cuál está pintada de azul para repeler a los insectos. Se trata de un laberinto de calles estrechas repletas de tiendas, es imposible verlas todas. Hay todo tipo de comercios, la mayoría tiendas de souvenirs, panaderías donde hacen el famoso pan árabe, etc. Llama la atención la gran cantidad de comercios artesanos que hay por todos sitios.
Para que no os perdáis demasiado tened en cuenta que las que tienen el suelo pintado de azul indican que son la entrada a una casa, así no perderéis el tiempo entrando y saliendo en los callejones, aunque en muchos de ellos salen muy buenas fotos.
El paseo nos llevó a descubrir muchos rincones, plazas, callejuelas, y nos dejó algunas escenas curiosas como esta del borriquillo por mitad de la ciudad haciendo el reparto por los comercios. No es que sea nada del otro mundo este hecho pero en España ya cuesta trabajo verlos incluso por los pueblos, a no ser que sean zonas muy rurales. Por Chaouen vimos varios y también motos con zona de carga detrás para poder hacer los repartos en la medina que las calles son más estrechas.
Tras subir un poco llegamos a la Plaza Outa El Hammam, una plaza con mucha actividad en la que se concentran los turistas y como consecuencia los bares, restaurantes, tiendas de souvenirs, puestecitos y gente intentando ganarse la vida.
En esta plaza se encuentra la Kasbah de Chaouen. Puedes visitarla por 10 dh, realmente merece la pena, está muy cuidada y dentro de sus estancias hay una pequeña muestra de los usos y costumbres del pueblo chauní.
Dónde comer en Chaouen bien y a buen precio
Era la hora de comer y nos fuimos directos a uno de los numerosos restaurantes que hay en la plaza, eligiendo en este caso el Restaurante Al Azhar, ya que el camarero cuando llegamos a la plaza dando un paseo nos propuso muy amablemente que si queríamos comer en su local. Como nos causó buena impresión el sitio y fue muy educado, probamos suerte con mucho acierto.
En Al Azhar pedimos para beber agua y un Poms, que es un refresco de manzana que está muy bueno. Si eres de estómago sensible recomendamos no pedir hielo (normalmente no se sirve tampoco ni suelen tener) ya que al estar hechos con agua de la zona lo mismo tu cuerpo no lo tolera y te estropea un poco la jornada de turismo.
Para comer pedimos una harira, que es la sopa marroquí por excelencia, un plato de cous cous de carne, una pastela de pollo y un tajín de boquerones con tomate. Como se ve en la foto, espectacular la pinta que tenían las cositas.
Y para finalizar un par de tés. Todo riquísimo y con un precio total de 163 dh, sobre 15€. Un lugar en el que comer bien, a buen precio, en pleno centro, y con buena atención.
La Gran Mezquita de Chaouen
El lugar donde almorzamos estaba justo enfrente de la Gran Mezquita de Chaouen, que se encuentra junto a la Kasbah de Chaouen. Su nombre completo es Gran Mezquita El Masjid El Aadam. Su origen está en el siglo XV, cuando se utilizaba para dar refugio a judíos y musulmanes que llegaban desde Al Andalus.
Es una nave rectangular con cuatro puertas de acceso, siendo la principal la que da a la plaza Outa El Hammam. Esta puerta recibe el nombre de Bab al-Hamra. Como curiosidad, su gran minarete octogonal está inspirado en la Torre del Oro de Sevilla.
Durante el tiempo que estuvimos por la plaza vimos entrar y salir a muchos musulmanes que iban a la oración. También pudimos saber que además de esta mezquita, hay otras 20 por la ciudad. Esto lo comprobamos cuando de madrugada todas llamaban a la oración al mismo tiempo por los altavoces.
La Kasbah o Alcazaba de Chaouen
Ya que era buena hora aprovechamos para visitar la Alcazaba o Kasbah, que tenía un precio de acceso de 10 dirhams (raspando un euro) por persona como comentamos antes. Es un lugar que, más allá del precio simbólico, merece la pena visitar.
Fue construida en el siglo XVII por Muley Ismail y su entrada da a la plaza Outa El Hammam. Desde el patio ajardinado interior se ve perfectamente cómo son sus muros de altos y la Torre del Homenaje, en cuyos bajos estuvo encarcelado Abd El Krim en 1926.
En su momento su carácter militar estaba claro, pero en la actualidad tiene un enfoque más cultural, ya que en su interior alberga el Museo Etnográfico de Chaouen, en el que se puede ver la evolución de la ciudad y sus costumbres, objetos antiguos, armas, etc.
Si entráis, seguro que os perdéis un buen rato paseando por sus zonas ajardinadas, tomando fotos por las murallas, etc. Desde las ventanas de la Torre del Homenaje se obtienen unas vistas que según se sube van mejorando hasta conseguir una buena panorámica de la ciudad en la que se ve la Gran Mezquita en su totalidad.
Paseando por Chaouen
Seguimos paseando por las calles de Chaouen, encontrando a nuestro paso los numerosos gatos que pueblan sus callejuelas. Más gatos que turistas se podría decir, algunos más bonitos, otros más descuidados, pero ninguno pasando necesidad callejera.
En Marruecos en general hay muchos gatos que son cuidados por el pueblo marroquí. Les dan de comer, les respetan y les ponen acomodo en la calle cuando van a parir las hembras preparándoles cajitas de cartón. Qué sería de las calles de Marruecos sin los gatos… sin embargo los perros no son tan bien vistos. Es curioso esto.
A lo largo de las calles de la medina a veces hay zonas algo más abiertas en las que se pueden ver murales que representan escenas de la vida diaria en la ciudad. Suelen representar hombres que van a la mezquita, mujeres con niños, el ajetreo diario del comercio, etc.
Por conocer algo distinto nos alejamos un poco de la zona más turística saliendo de la medina por la puerta conocida como Puerta de Hammar, que es por la que antiguamente salían los comerciantes en dirección a Fez, Tetuán, Ceuta y Tánger. Esto hacía que fuese la puerta más alta, para poder salir bien con las mercancías.
Cuando salimos extramuros coincidimos con la salida del instituto de los jóvenes marroquíes. En ese momento las calles de la ciudad estaban repletas de gente, de los jóvenes charlando por todos sitios, las señoras mayores haciendo la compra, los hombres tomando té en las terrazas, taxis de un lado para otro sin parar.
Queríamos ver el río que cruza Chaouen y fuimos en su búsqueda para localizar también una fuente o caño del que habíamos leído algo por internet. Aunque no vimos la fuente sí vimos el río y el paseo nos sirvió para quemar un poco la comida. Lo más parecido a la fuente fue un caño de agua junto a una parada de taxis que es la que se ve a la derecha del río en la foto.
Mientras volvíamos a la zona más turística descubrimos un camino muy directo hacia el riad, lo que corroboraba la gran vuelta que nos dio «el guía que no era guía» por la mañana. Tan directo como que tardamos tres minutos solamente.
Tomar té en Chaouen: un lugar con buenas vistas
Le echamos un vistazo a TripAdvisor y nos chivó que en un restaurante llamado Casa Aladín se disfrutan de unas vistas inmejorables de la ciudad, así que como era media tarde nos dirigimos hacia allí para tomarnos un té en la terraza más alta de la ciudad.
Tras cambiarnos de mesa varias veces por indicación de varios camareros, los cuáles no tenían muchas ganas de trabajar ese día, pedimos un té, un café y pastas para los dos. En total 35 dh. El sitio tiene unas buenas vistas, sí, pero la atención es cortita y además no está muy limpio.
Obviando el tema de la atención y tal, Casa Aladín coge todo un edificio de varias plantas, y según íbamos subiendo para llegar hasta la más alta íbamos viendo que estaba lleno en todos los niveles. Además de los típicos turistas europeos, llama la atención que muchas mesas estaban ocupadas por coreanos que tomaban la cena mientras se echaban fotos haciendo posturas divertidas.
Volviendo a lo que pedimos para merendar, tardaron bastante en traerlo para la gente que había, exactamente media hora, y encima se olvidaron las pastas del café. Total, que al final en vez de pastas para dos, merendamos pastas de uno para dos porque si nos quejábamos igual se nos hacía de noche esperando.
Solo recomendamos el sitio para tomar unas fotos y tomar algo ligero que no le suponga demasiado quebradero de cabeza a los camareros. O incluso para solo tomar unas fotos y trasladarse a tomar el té a otra parte, pudimos echar cerca de hora y media allí, desde que llegamos, nos atendieron, nos trajeron las cosas, nos tomamos el té y el café «rápido» y nos fuimos. Eso sí, gracias a la tardanza pudimos ver la puesta de sol.
Dónde cenar en Chaouen: «Casa Sofía», el número 1
Tras ir al hotel a ducharnos y descansar un poco, como no teníamos muchas ganas de complicarnos decidimos hacer caso de nuevo a TripAdvisor y nos fuimos a cenar al número 1 de Chaouen, Casa Sofía y, en este caso, ese puesto está más que bien merecido, os lo podemos asegurar.
Previamente dimos una vuelta de reconocimiento por la zona viendo opciones y este sitio realmente era lo que se decía de él en TripAdvisor, un sitio en el que en principio no te plantearías entrar por lo escondido que está y lo sencillo que se ve. El ejemplo lo tenéis en la foto anterior.
Muy cerca tiene el número dos de TripAdvisor pero llamaba la atención que en la puerta de Casa Sofía había una notable multitud de mesas ocupadas y en la del otro apenas se veía gente, al menos desde la calle.
Pero nos fiamos de las opiniones y nos aventuramos a probarlo. Lo mejor de Chaouen sin duda. La comida riquísima, el servicio fue un pelín lento pero porque solo había un camarero para todas las mesas y estaba lleno. El muchacho no paraba de una mesa a otra, atendía lo mejor que podía y eso hay que agradecerlo.
Pedimos zaalouk, que es una ensalada de berenjenas caliente que a la vista es como una especie de pisto. Estaba muy rico, fue un gran descubrimiento el zaalouk. También pedimos harira que vino bien para entrar en calor, un tajín de pollo al limón (buenísimo) y unas aceitunas de estas que preparan en Marruecos con aceite y un aliño típico que hace que estén muy buenas.
Para poner la guinda a la noche pedimos un surtido de pastelería árabe y té con hierbabuena. Fue una cena más que completa, parecía un almuerzo de hecho. Y todo por 126 dh, unos escasos 12€.
No dejéis de comer en este sitio si visitáis Chaouen. Muy recomendado este bar, nos dieron motivos de sobra para asegurar que el número 1 en TripAdvisor está bien merecido.
Como nosotros fuimos a una hora muy «española» a cenar, cuando nos tomamos el té con los pasteles ya quedaba poca gente en el bar, que al estar tan resguardado de las plazas nos dejó un ambiente muy tranquilo que si cabe nos sirvió para disfrutar aún más de los dulces y el té.
Normalmente cuando viajamos echamos un vistazo a TripAdvisor a ver qué pistas nos da, pero solemos elegir para almorzar o cenar algún sitio que nos haya llamado la atención mientras paseábamos previamente.
Volviendo al té con pastas en Casa Sofía, los pastelitos estaban muy buenos y el té también. Mereció la pena hacer un hueco y acabar la noche con eso.
Paseo nocturno camino del riad
Dimos un pequeño paseo hacia el riad para hacer un poco la digestión antes de dormir pero como hacía frío y estábamos cansados tampoco nos extendimos mucho y nos fuimos a dormir pronto.
No era tarde del todo pero tampoco temprano. Aún así seguía habiendo gente por la calle, sobre todo turistas, y muchos puestos comerciales que de día no estaban abiertos. Parece que de noche harán más negocio con los turistas después de cenar y aprovecharán la hora.
Dimos una vuelta por los puestos de la medina y finalmente hicimos algunas compras de regalos para la familia y algunas cosillas para llevarnos nosotros de vuelta.
Noche en el riad Dar Touijar
Ya en el riad comentar que dormimos fatal, no os recomendamos el Dar Touijar bajo ningún concepto, no se merece el dinero que pagamos, y mira que no fue caro…
Olía mucho a humedad como dijimos al principio, el baño es como meterse en una caja de zapatos, la limpieza una vez dentro te das cuenta que brilla por su ausencia. Igual hubiera estado bien dormir en la magnífica azotea que tenía el riad en lugar de en la habitación que nos dieron…
Conclusión: buscad mejor otro riad en Chaouen que no sea Dar Touijar.
Despedida de Chaouen. Siguiente etapa: Tetuán
Al día siguiente, la mala experiencia en el riad hizo que saliéramos bien temprano, tan temprano que ni desayunamos en Chaouen, ya lo haríamos en Tetuán que era nuestra siguiente parada en esta travesía por Marruecos.
Nos fuimos a la parada de taxi compartido y allí compramos cuatro plazas para ir cómodos detrás y que el taxi pudiera salir sin tener que esperar a dos personas más. Espectacular como conducen los taxistas marroquíes, pero eso ya es otra historia que os contaremos más adelante.
Por cierto, como quizás volvamos algún día, si nos quieres recomendar sitios en los comentarios te lo agradeceremos, nos encantará conocer tu experiencia en Chaouen.
¡Un saludo!
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