Teníamos pendiente un viajecito para conocer Lisboa y aprovechamos un puente de Andalucía para hacerlo. Salimos desde Sevilla sobre las 7 y llegamos a Lisboa alrededor de las 12.30, haciendo una parada para desayunar en un bar del Centro comercial La Plaza, en Badajoz.
Éramos 5 personas y desayunamos 5 medias tostadas, 3 con zumo de naranja y 2 de melocotón, todo por 9€. Un buen precio que contrastaba con los dos peajes que tuvimos que atravesar para llegar a Lisboa. Uno por 16,75€ y otro por 2,75€.
El aparcamiento en Lisboa
Nada más llegar a Lisboa nos dimos cuenta de su gran problema: el aparcamiento. Para nosotros, a la vez de la habitual escasez, se sumó que muchas partes de la ciudad estaban en obras y eso también dificultaba la circulación.
Tras dar varias vueltas por la zona de la Estación de Tren de Santa Apólonia, zona por la que teníamos nuestro apartamento, desistimos y nos fuimos hacia el parking Plaza del Municipio, cercano a la Praça do Comércio.
También un poco condicionados porque estábamos estrenando coche y daba un poco de sustito dejarlo en cualquier sitio.
La Praça do Comércio de Lisboa
Ya que estábamos al lado aprovechamos para pasear por la plaza más emblemática de Lisboa. Aquí se encontraba emplazado el Palacio Real hasta que en 1755 fue destruido por el famoso terremoto de Lisboa.
Por esta parte del río Tajo es por la que desembarcaban los mercantes y por donde llegaba la realeza a la ciudad. Aún se conservan los escalones de mármol de la que era la puerta de Lisboa.
En el centro de la plaza nos encontramos con una estatua ecuestre de Dom José I que sustituye a la que representaba al dios Apolo hasta su destrucción durante el terrible seísmo.
Arco del Triunfo de la Rua Augusta
Nos despedimos de la plaza saliendo por el Arco del Triunfo de la Rua Augusta. Se edificó tras el famoso terremoto pero el que vemos no se trata de la primera versión, sino de la segunda, puesto que el primer arco fue demolido en 1777, dos años después de su comienzo.
El arco que apreciamos en la actualidad se construyó entre 1873 y 1875, unos 100 años después. Este arco que vemos es de estilo Luis XIV y representa al Marqués de Pombal y a Vasco de Gama, entre otras efigies, siendo conmemorativo de los descubrimientos portugueses.
De paseo por la Baixa Pombalina
Siguiendo con nuestra visita a Lisboa, fuimos dando un paseo por la Baixa Pombalina, que es el centro histórico y comercial de la ciudad. Es el sitio en el que posiblemente se concentran más turistas, ya que pasear por él es algo obligatorio si vas a Lisboa.
Elevador de Santa Justa
Nos topamos con la entrada al Elevador de Santa Justa, con una cola bastante larga para subir así que preferimos seguir conociendo el centro en lugar de pararnos a esperar. Su edificación estuvo influenciada por la Torre Eiffel y sirve para conectar la parte baja de la ciudad con la alta.
El Chiado, el barrio bohemio de Lisboa
Seguimos nuestro camino hacia El Chiado, el barrio más bohemio de Lisboa, que estaba muy concurrido. Allí nos encontramos en una plaza con una estatua del famoso escritor portugués Fernando Pessoa, y gente, mucha gente, que al igual que nosotros disfrutaban del ambiente callejero de Lisboa.
El entorno de El Chiado está lleno de abarrotadas cafeterías y lo componen numerosos comercios, invitaba a perderse por todos sus rincones y nos costó un poco dejarlo atrás para seguir conociendo sitios.
El Bairro Alto, vistas espectaculares
Llegamos al Bairro Alto y nos dirigimos hacia el famoso Mirador de São Pedro de Alcântara desde donde tenemos unas vistas magníficas de la ciudad de Lisboa.
Si bajas las escaleras puedes acceder a los jardines, que son perfectos para reposar un ratito y seguir conociendo la ciudad.
Los tranvías amarillos de Lisboa
Cerca del Mirador de São Pedro de Alcântara nos hicimos unas fotos con los típicos tranvías amarillos de Lisboa (algo gamberreados), en concreto el de la línea 28, que tiene su última parada allí.
Aquello estaba lleno de gente que quería hacer lo mismo, echarse fotos con el tranvía, pero claro, es que es lo típico y no es plan irse sin hacerlo y arrepentirse para siempre.
Dónde comer en Lisboa
Como ya era la hora de almorzar en Portugal nos decidimos por un pequeño restaurante llamado Pedra da Sal, situado en el 43 de la calle Rua do Diario de Noticias.
Éramos 4 personas y pedimos una parrillada de pescado compuesta por una rodaja de salmón, sardina, robalo y dorada, y una ración de escalopines, que eran 3 lomitos en salsa.
Comentaros que lo típico en Portigal es que al principio de la comida traigan unas empanadillas, quesos de untar y aceitunas en todos los restaurantes.
Si no os los vais a comer pedid que os los retiren, porque si le metéis manos a algo luego eso irá muy bien cobrado al montante de la cuenta y os podéis llevar una sorpresa.
Nosotros de lo del principio tomamos 3 empanadillas de bacalao y un quesito pequeño. Junto con las bebidas (6 cervezas de la marca típica de Portugal), la parrillada y el lomo, la cuenta fue de 45,45€.
El pescado estaba rico pero el lomo como para tirárselo a tu peor enemigo y partirle la crisma, amén de escaso para una ración (tres tristes filetes). No fue mucho importe, pero tampoco fue mucha comida. En fin, pecamos de turistas, lo sabemos.
Tras almorzar, fuimos bajando hasta el centro y dimos un paseo por las bonitas pero abarrotadas calles de Lisboa.
El alojamiento en Lisboa
Era hora de ir a hacer el check-in a nuestro apartamento y no estábamos precisamente cerca así que nos fuimos a buscar el equipaje que aún estaba en el maletero del coche.
Tras un laaaaaaaargo paseo llegamos a nuestro destino. Teníamos miedo de sacar el coche del parking y no encontrar nada en Alfama, que era donde estaba el apartamento, así que lo dejamos allí guardado y nos dimos el buen pateo.
Alfama, la cuna del fado
El apartamento en el que nos alojamos se llama Lisbon Top Travessa do Meio y lo contratamos en Booking. El total fue de 85€ por dos noches y estaba situado en el barrio de Alfama, cuna del fado.
No estaba mal para los precios que había en esa fecha. Cabe decir que nosotros lo cogimos un par de días antes así que suponemos que reservando con más tiempo habría mejores opciones por el mismo precio o incluso menos.
Cuando fuimos a Lisboa aún no teníamos la posibilidad de ahorrarnos el 10% con la reserva en Booking pero ahora que la tenemos la compartimos, así que si quieres disfrutarla tienes un 10% de descuento en tu reserva a través del anuncio de aquí arriba. En el caso de este viaje hubiesen sido 8,5€ menos, que con lo que te ahorras da para desayunar dos personas en Lisboa.
Nuestro apartamento en Lisboa
En cuanto a comodidades el sitio era correcto. Al ser un sitio antiguo olía a cañerías, aunque todo el mobiliario y equipamiento era moderno.
El cuarto de baño demasiado pequeño, el agua salía por el suelo porque la mampara solo tenía un cristal y los mosquitos, provenientes del sistema de ventilación, nos atacaban sin piedad.
No todo iba a ser malo, y es que la cama era bastante cómoda. Nos cobraron a través de la tarjeta de Booking ya que los dueños no se personaron en el apartamento, nos dejaron la llave en el buzón con código de la entrada.
Como detalle feo, nos pidieron que dejásemos 4 € en la mesa cuando saliéramos, por el tema de la tasa de turismo. Es verdad que con 4€ no se va a ningún sitio, pero se supone que los habían cobrado junto con el importe del alojamiento. No fueron claros con esto.
Como para no perder tiempo no queríamos parar y relajarnos, nos duchamos rápidamente y nos pusimos en marcha de nuevo para vivir las calles de esta gran capital europea.
La noche en Lisboa
Nos dirigimos paseando hacia el centro de Lisboa, recorriendo las callejuelas del centro hasta que llegamos a una plaza en la que se encontraba la entrada a la Catedral de Lisboa, llamada de Santa María Maior de Lisboa.
Este templo se comenzó a construir en el siglo XII, siendo modificado en varias ocasiones debido a los daños sufridos en distintos terremotos. Esto ha hecho que presente una mezcla de estilos arquitectónicos, destacando también en su fachada un gran rosetón.
Como estaba abierta aprovechamos para entrar y verla por dentro. Enorme como se puede ver en las fotos, con unas buenas columnas que llevan el techo lo más alto posible, lo más cerca de Dios como se pretendía en esa época.
No muy lejos de allí se encuentra también la iglesia de San Vicente de Fora, patrón de Lisboa. En esta iglesia del siglo XVII se encuentran enterrados varios reyes de Portugal, entre ellos Juan IV, Alfonso VI el victorioso, Pedro II, Juan V, y casi una decena más.
Cenar en Lisboa
Fuimos a un restaurante que nos recomendaron unos amigos por la mañana. Se trata del Restaurante O Gavinho Dos Gavais.
En él nos pedimos unos pescados riquísimos acompañados de un vino blanco que nos gustó bastante. Tanto nos gustó que lo pusimos en nuestro blog de vinos. Se trata del vino Planalto Reserva de 2015.
Parking de Lisboa… ¡minha mãe que preços!
A la mañana siguiente nos levantamos y nos fuimos a recoger el coche, el cuál habíamos dejado en el parking al lado del centro.
¡Sorpresa! Más de 40 eurazos de ticket, pero aprendimos una valiosa lección: cuando vayas a Lisboa y más concretamente al centro, coge un hotel con parking, aunque te cueste un poco más caro, tu bolsillo lo agradecerá después.
Visitando Sintra: Quinta da Regaleira
Después de la gran lección de vida con el tema del aparcamiento en Lisboa, nos subimos al coche directos a Sintra para visitar la Quinta da Regaleira, la cual recomendamos no dejar de visitarla si estáis por la zona. Es enorme, para haceros una idea podéis descargar este mapa de la Quinta da Regaleira que os dará una visión general.
Tuvimos la suerte de encontrar aparcamiento justo al lado, pero era muy temprano y no habían abierto aún. Media hora más tarde, el tráfico se volvió un poco insoportable y el circular por la zona era más complicado, por lo que mereció la pena madrugar y poder acceder con comodidad.
La Quinta da Regaleira se construyó entre 1904 y 1910. Pasó por varias manos hasta que en el 1997 la compró el Ayuntamiento de Sintra y la acondicionó para poder ser visitada.
Nos decidimos por este palacio porque según habíamos leído es uno de los lugares más enigmáticos de Sintra. La entrada cuesta 6€ y merece mucho, mucho, mucho la pena.
Por todos los símbolos que nos encontramos a lo largo de todo el paseo, todo indica que fue un lugar relacionado con la masonería y los templarios.
Los parajes que nos vamos encontrando parecen sacados de películas de fantasía y terror, se trata de un entorno envuelto en misterio que no deja indiferente a quien lo visita. Es tan grande el recinto, que aunque hay mucha gente no se siente agobio de multitud en ningún momento.
El Portal de los Guardianes
Lo primero que hicimos fue andar rápido hacia lo más pintoresco que estaba a mitad de recinto, que se trata de la zona del Portal de los Guardianes que es lo que aparece en la siguiente foto.
El Pozo Iniciático
Lo que más nos llamó la atención fue el Pozo Iniciático. Se trata de una escalera de caracol, en cuyo fondo nos encontramos la rosa de los vientos sobre una cruz templaria, símbolo de la Orden de Rosacruz. Desde abajo se accede a las galerías subterráneas que conectan con diferentes zonas del jardín.
El Pozo Imperfecto
Relativamente cerca del Pozo Iniciático se encuentra el Pozo Imperfecto, de menos profundidad y acabados más… imperfectos, tal y como dice su nombre. Pero tiene su significado.
En la Quinta da Regaleira todos los pasajes subterráneos llevan al Pozo Iniciático, que es perfecto. Por lo que, si eres imperfecto, puedes llegar a la perfección recorriendo el camino que separa el Pozo Imperfecto del perfecto, que es el Iniciático. Como hemos dicho al principio, es un lugar muy místico y simbólico.
Lago de la Cascada
Muy cerca del Pozo Imperfecto, tomando uno de los pasajes subterráneos, llegamos al Lago de la Cascada, un lugar algo idílico en el que se concentran numerosas personas buscando su foto perfecta. Choca algo con la tranquilidad del resto de la Quinta pero merece la pena pasar por ahí por su belleza.
Un bosque muy particular en la Quinta da Regaleira
La zona boscosa está muy bien cuidada y da gusto pasear por los caminos de la Quinta. La tranquilidad es absoluta por sus caminos y se pasa el tiempo sin que te des cuenta.
Se comenta por el lugar que a veces, por las noches, se pueden ver luces salidas de la nada o extraños cánticos que provienen de esta misteriosa quinta.
La Gruta de Leda
Paseando llegamos a un lugar con mucho encanto, una gruta hexagonal dedicada a Leda, quien según la mitología griega fue fecundada por Zeus que la abordó en forma de cisne, que es el momento que representa esta estatua. La unión entre el cielo (Zeus) y la tierra (Leda). ¿Os recuerda a otra historia similar? (Pista: Virgen María, Espíritu Santo…). En este blog se puede consultar todo sobre Leda, muy interesante.
Alameda de los Dioses
Por último, antes de irnos de la Quinta da Regaleira, nos dimos un paseo por la «Álea dos Deuses», presidido por un león de bronce como símbolo de poder.
Este paseo lo componen nueve estatuas de la mitología griega y romana, que son Fortuna, Orpheus, Venus, Flora, Ceres, Pan, Dionisio, Vulcano y Hermes.
Palacio de Seteais, un hotel en Sintra
Tras pasar varias horas en la Quinta da Regaleira, nos marchamos a ver cómo estaba el acceso al Palacio da Pena, pero era imposible, había mucha gente esperando y muchísimos coches por las estrechas carreteras.
Pasamos buscando el coche por la puerta del Palacio de Seteais, edificio neoclásico del siglo XVIII que en la actualidad es un hotel que debe costar lo suyo.
Y con la foto echada, nos decidimos a dejar el resto de palacios para próximos viajes y nos dirigimos hacia Estoril.
Rumbo a Estoril
Es curioso que toda la vida habíamos visto a Estoril como una ciudad, pero resulta que es una «freguesia» (que viene a traducirse como feligresía) de Cascais, digamos que es una especie de «parroquia, barrio o distrito» de este municipio.
Comer en Estoril
Dejamos el coche en una placita desde la que fuimos paseando hasta el paseo marítimo. Aprovechamos para coger fuerzas en un bar de la Playa de Tamariz llamado Jonas Bar.
La comida era informal, sin mucha historia, y pedimos un par de hamburguesas con patatas de las que dimos buena cuenta mirando al mar. El total de la comida fue de 22,30€.
Chalet Barros en Estoril
Después seguimos paseando hasta llegar al Chalet Barros, construido sobre las ruinas del fuerte de San Antonio de la Cruz. Sin duda, una de las estampas más singulares de Estoril.
Casino de Estoril
Tras tomarnos el típico pastel de Belem en una cafetería, nos dirigimos al Casino de Estoril para unas fotos. Aunque no lo hicimos pero es bueno saber que se puede entrar para verlo pero no se puede fotografiar el interior.
De vuelta a Lisboa
Como no queríamos que se nos hiciera de noche, volvimos a Lisboa y de camino al alojamiento hicimos una parada rápida para visitar la Torre de Belem.
Torre de Belem
La construcción de esta torre se inició en 1516. De ella partieron los descubridores portugueses para hacer nuevas rutas comerciales con países de oriente como India o China.
Ha tenido varios usos a lo largo de su historia, tales como de fortaleza defensiva en el río Tajo, prisión, faro, centro de recaudación… y a día de hoy recibe a cientos de turistas cada día.
La búsqueda de aparcamiento
Enfrascados en la búsqueda de otro parking cercano pero no tan caro como el anterior, nos encontramos con una señora española afincada en Lisboa que nos indicó que justo a las espaldas de nuestro alojamiento había un gran aparcamiento gratuito, el cuál no pudimos apreciar el día anterior porque los sábados se pone el mercadillo de Feira da Ladra de Alfama. Está al lado del Panteón Nacional y es una zona tranquila y segura para dejar el coche.
Al llegar, nos dimos una ducha y volvimos a la calle para pasear y aprovechar la última noche en Lisboa. Es una gozada el pasear por las calles de esta ciudad, sobre todo el trayecto callejeando entre Alfama y el centro, que tiene mucha vida.
Cenando de nuevo en Lisboa
No teníamos claro dónde cenar esa noche, todo eran trampas para turistas así que nos ariesgamos y entramos en un bar llamado Alfama Too.
En un principio se veía modernito, con gente y buen ambiente. Sobre todo gente joven. Tras la experiencia tenemos claro que fue un error entrar aquí, porque aunque no fue caro del todo para lo que comimos (28€), pero era todo escaso y de poca calidad.
Nos pedimos una tabla de quesos (5,5€), una tabla de chorizos (7,5€), bacalhau a casçao (6,5€) y dos copas de vino (7€) y 1,50€ de pan. Nada del otro mundo, y la atención algo regular. Pero como decimos, no fue caro y nos dio para pasar la noche.
Até a próxima Lisboa!
Tras unos días en Lisboa emprendimos la vuelta hacia Sevilla, pero haciendo algunas paradas por el camino para visitar Évora, Monsaraz, hacer noche en Telheiro, cerca de Monsaraz, pasar por Mourão, y ya en España, una breve parada en Alconchel y un almuerzo en Jerez de los Caballeros.
Ya iremos contando qué tal fueron estas peripecias.
¡Un saludo!
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