Con idea de pasar un fin de semana breve en la zona del Algarve, en Portugal, cogimos el coche desde Sevilla teniendo como primer lugar de parada el pueblo de Tavira.
Allí se coge un barquito que te lleva a su famosa isla pero nuestra idea era solamente hacer una parada para dar una vuelta por el pueblo, tomar algo y seguir nuestro camino hacia Albufeira.
Lo primero que hicimos antes de salir fue informarnos sobre el tema de los peajes, ya que como te equivoques te cuesta un buen dinero.
Consejo para coger peajes en el Algarve
Si entras desde Huelva (no sabemos cómo es desde otros sitios) en cuanto ruedes por territorio portugués tienes un desvío a la derecha hacia una zona con una especie de peaje.
Ahí lo que haces es asociar tu matrícula a tu tarjeta y cada vez que pases luego por un peaje te identificará. Si no lo haces, al salir tendrás que pagar bien fuerte. En nuestro caso lo que nos ahorramos con los descuentos en el hotel fue lo que invertimos en los peajes, así que bien.
Cuánto cuestan los peajes
Aunque según iba pasando peajes iba sumando los importes y me dieron un total de 5,35€ por cada trayecto (sería lo lógico ya que es el mismo camino), la realidad fue que en la tarjeta me cobraron a la ida 9,33€ y a la vuelta 5,67€. Nada que ver con lo que ponen en los carteles. El porqué no lo sé. Pero así lo hicieron.
Un café en Tavira
Al llegar a Tavira nos paramos en un bar llamado Café del Mar (nada que ver con la famosa cadena) y ahí nos tomamos un par de cafés por un coste de 1,80€ los dos, algo más barato que en España.
Tras el cafelito, atravesando el Jardín Público de Tavira, nos fuimos andando para la parte del río Gilão, que como se puede ver en portada iba casi a rebosar. Allí nos paramos sobre el Ponte das Forças Armadas para hacer algunas fotos.
Puente Romano de Tavira
El puente estaba hecho polvo pero el atractivo es que desde él puedes ver el Puente Romano, en mejor estado de conservación y más atractivo desde un punto de vista turístico. Se le conoce como Ponte Romano o Ponte Antiga.
No está claro que este sea una reconstrucción de uno del siglo III o uno construido en su lugar, pero el caso es que es uno de los símbolos de Tavira.
Vistos los puentes comenzamos a callejear con idea de visitar el famoso Castillo de Tavira, tirando por la sombra porque el sol empezaba a quemar fuerte.
Iglesia de Santa María del Castillo
Pasamos por delante de la (en portugués) Igreja de Santa Maria do Castelo, que viene siendo la iglesia de Santa María del Castillo. Es un templo del siglo XIII que se construyó posiblemente sobre una mezquita (en Portugal se ve que también se estilaba eso).
Es una mezcla entre gótico y barroco, ya que en su origen era una iglesia gótica pero el terremoto de 1755 tiró buena parte de ella y hubo que reconstruirla añadiendo elementos barrocos a lo que había quedado.
Castillo de Tavira
justo al lado de la iglesia está el acceso al interior del castillo, muy modesto y ruinoso, pero bonito en su interior gracias a los jardines que tiene en su parte central.
Tiene dos cosas buenas la visita al Castillo de Tavira. La primera que es gratis. La segunda que puedes subir y bajar por las murallas casi por donde se te antoje, de modo que puedes tener unas buenas vistas de la ciudad de Tavira.
Pasear por el centro de Tavira
Disfrutamos de las vistas de Tavira y nos dimos una breve vuelta por las calles y comercios, llevándonos un buen surtido de vinos típicos de Portugal: alejo, vinho verde, etc. Según nos los vayamos tomando los iremos puntuando en el blog de vinos.
Y hasta aquí llegaron las peripecias por Tavira, igual en el futuro regresamos para pasar un tiempo en su famosa isla y poder disfrutar de su playa, pero de momento la siguiente parada era Albufeira.
To be continued…