A pocos kilómetros de la Foz de Arbayún, atravesada por el río Irati encontramos la Foz de Lumbier, otra de las paradas obligatorias si haces turismo por Navarra.
A diferencia de la otra foz, en la Foz de Lumbier es mucho más sencillo hacer un poco de senderismo por la orilla del río Irati, que le ha dado forma a lo largo de un kilómetro disolviendo poco a poco la roca caliza de la que está compuesto el terreno.
Aparcar en la Foz de Lumbier
Aparcar para visitar la Foz de Lumbier es tarea sencilla. Hay un parking enorme para dejar el coche y hay que pagar 3€, que es un precio adecuado para mantener en condiciones esta reserva natural de Navarra.
Al salir del parque se accede a una zona de aseos, barbacoas y merenderos en los que da la sombrita, un lugar perfecto para almorzar. De hecho, aprovechando las instalaciones, eso fue lo que hicimos al terminar nuestra visita a la Foz de Lumbier.
¿Por qué comimos allí? Nuestra idea inicial era echar el día de «playa» con bocatas en el río Irati, pero la realidad es que hacía frío y no nos mojamos ni un dedo.
Entrada a la Foz de Lumbier
A pocos metros de la zona de merenderos llegamos a un camino que abría en dos un pequeño montículo. Fue curioso que justo al acceder se fue la cobertura de los teléfonos. Como si la propia Foz de Lumbier te impusiese que la disfrutases y te dejases de posturear.
Cuando comienzas a caminar siguiendo el sendero, al poco obtienes la primera vista de la Foz. Dos paredes de caliza que a lo largo del tiempo han sido esculpidas por el río Irati. La tranquilidad es casi absoluta en el lugar, solo la rompen los turistas como nosotros.
Sigues avanzando por el camino, perfecto para hacer senderismo de dificultad baja-muy baja-bajísima, y comienzas a encontrarte unas imágenes espectaculares de la Foz de Lumbier, con el río por medio y algunas personas que se aventuran a bajar para tocar el agua.
Rapaces en la Foz de Lumbier
Como ocurría con la Foz de Arbayún, también en la Foz de Lumbier se pueden encontrar gran cantidad de rapaces entre las que destacan buitres leonados y águilas. Es muy complicado coger a estas rapaces en pleno vuelo, pero pudimos inmortalizar para el blog a un buitre que estaba mirando al infinito.
El Puente del Diablo o de Jesús
Al final del camino que recorre la Foz de Lumbier hay un cartel indicando que siguiendo un sendero se llega hasta el conocido como Puente del Diablo, que también se le conoce como Puente de Jesús.
Se trata de un puente que desde el siglo XVI unía los dos lados de la Foz de Lumbier, pero durante la Guerra de la Independencia los franceses lo tiraron abajo por cuestiones estratégicas. A día de hoy solo quedan las ruinas del puente.
Leyenda del Puente del Diablo
El nombre del Puente del Diablo y el motivo de su cambio a Puente de Jesús viene de la siguiente leyenda, sacada íntegramente de la Wikipedia:
«La leyenda, lo que aquí nos ocupa, habla de una rica dama llamada Magdalena, enferma de riñón y del estómago. Tal fue su dolor, que un día su sirvienta Clisatela decidió salir en busca de las aguas curativas de la fuente de Liscar. Pero lo que no tuvo en cuenta esta sirvienta es que para ello tenía que atravesar el río que transcurre por la Foz de Lumbier y debía hacerlo sin barca, ya que el viento se la había llevado. El diablo, que apareció al oler su desesperación, le ofreció hacer un trato. Él le construiría un puente para atravesar la foz antes de las 6 de la madrugada y ella tendría que entregarle su alma. Clisatela, dubitativa, terminó por aceptar el pacto y esperó a que el diablo llevara a cabo su cometido. Cuando el reloj de sol de una torre cercana marcó las 7 -una hora más tarde de lo pactado-, el diablo mostró a Clisetela su construcción, que unía de un lado a otro la Foz y permitía a la joven atravesar. La joven, que milagrosamente se salvó de entregar su alma al diablo, decidió rebautizar el puente como el de Jesús».
Cómo llegar al Puente del Diablo
Volviendo a la realidad, para llegar al puente hay que tener cuidado. El camino es muy escarpado, tanto que para el tramo final vas pegado a la pared y agarrado a una cadena vieja y oxidada intentando no despeñarte. (Nota: la foto está tomada antes de meterle mano a la cadena, aquello no está para hacer temeridades y luego aparecer en el periódico)
Cuando llegas al final encuentras la salida de la Foz de Lumbier con el río Irati que se ensancha formando una pequeña laguna en la que según leímos la gente se baña. Pero ojo, también hemos leído que hay que tener cuidado porque el río puede jugarte una mala pasada.
Siguiente parada: Monasterio de Leyre
Tras ver el Puente del Diablo volvimos a recorrer el camino a la inversa hasta los merenderos. Sin ser día de bañarse en el río empezaba a picar el sol y la hora del almuerzo se aproximaba.
Como dijimos al principio, hicimos una parada en la zona de merenderos para comer y seguir con nuestro viaje por Navarra. La siguiente parada sería para visitar el Monasterio de Leyre.
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