Lindando con Aragón pero aún en Navarra, se encuentra la localidad de Javier, en la que destaca el castillo al que da nombre, el Castillo de Javier. Allí llegamos tras visitar el Monasterio de Leyre como parte de un viaje por Navarra.
Su origen está en el siglo X, aún en época musulmana, afianzándose como recinto fortificado durante el siglo XI. Con el paso de los siglos el Castillo fue pasando por varias manos: nobles, reyes, etc. Incluso llegó a ser demolido parcialmente porque uno de sus moradores tenía aires independentistas, evitando así que se hiciese fuerte.
El origen de su nombre es curioso. Proviene del euskera «etxeberri», que significa «casa nueva». Con los años, fue derivando en Xavier, que en euskera es Xabier.
El Castillo de Javier está cerca del Camino de Santiago y siglos atrás los señores del Castillo daban cobijo en él a los peregrinos que lo solicitaban.
Cuna de San Francisco Javier
En 1506 nació en este castillo un niño al que llamaron Francisco. Hijo de nobles, se formó en literatura y filosofía en París, sin perder de vista la idea de devolver a su familia a un estatus que perdió por culpa de la guerra. Hablamos de quien sería años más tarde San Francisco Javier, patrón de Navarra.
Su compañero de clase Íñigo de Loyola (que posteriormente fue San Ignacio de Loyola) tuvo gran influencia sobre su forma de ver el mundo, restándole importancia a lo material y dándosela a lo espiritual.
Esto fue clave, ya que cambió el rumbo de su vida y decidió predicar el evangelio. Fue ordenado sacerdote en Roma y junto a su compañero Íñigo de Loyola fundó la Compañía de Jesús (también conocidos como Padres Jesuitas).
A partir de ahí, llevó a cabo una vida de misionero que le llevó a recorrer numerosos países sin ningún tipo de lujo ni ostentación. Enseñaba los evangelios, curaba a enfermos, aprendía idiomas, daba catequesis. Vivió mil aventuras guiado por su vocación, de las cuales se puede conocer un resumen AQUÍ.
Visitar el Castillo de Javier
El Castillo de Javier se encuentra en un estado magnífico, conservándose todas sus defensas casi al completo. Para entrar al Castillo de Javier hay que atravesar un arco que da acceso a un puente levadizo, y ahí se puede sacar la entrada para visitarlo (3€).
La visita al Castillo está orientada principalmente a mostrar de forma muy didáctica la vida y obra de San Francisco Javier y contar la evolución del Castillo.
La calidad de la museización del Castillo de Javier es espectacular. Todo está muy cuidado, muy bien presentado y con una forma de transmitir la historia que engancha de primeras.
La Capilla del Cristo de la Sonrisa
En la capilla del Castillo de Javier se puede visitar una talla del Santo Cristo que data del siglo XIV, que según cuenta la tradición sudó sangre cuando San Francisco Javier vivía momentos difíciles, siendo la última vez el día de su muerte.
La danza de la muerte
Rodeando al Cristo, en la Capilla hay una serie de murales que representan la danza de la muerte. Aunque parezca macabro, este tipo de representaciones se extendió por Europa tras la peste, para recordar al pueblo que aquí estamos de paso.
Aunque no es necesario decirlo porque se ve de fondo en alguna foto, las vistas que hay desde la muralla del entorno que rodea al Castillo son para quedarse un buen rato embobados.
Alrededores del Castillo de Javier
El Castillo de Javier está rodeado de zonas ajardinadas entre las que se puede pasear, descansar, tomar un café, etc. Cuando fuimos no había demasiada gente, pero por el tamaño del aparcamiento debe estar bastante concurrido.
Basílica de San Francisco Javier
Anexa al Castillo se encuentra la Basílica de San Francisco Javier. Aunque parezca que lleva toda la vida ahí, su construcción data del siglo XIX. Como se ve en las fotos del exterior y en esta del interior, su tamaño es bastante considerable, acorde al Castillo.
La Basílica tiene dos capillas, la de San José y la de la Virgen del Carmen. Y una cripta, en la que se encuentran quienes ayudaron a la restauración del Castillo.
Parroquia de la Anunciación
A pocos metros del Castillo de Javier podemos ver la Parroquia de la Anunciación. Es una pequeña iglesia perteneciente a la Abadía de Javier, cuyas primeras referencias son del año 1252.
Solo la pudimos ver por fuera porque en ese momento se encontraba cerrada, pero nos llamó la atención en su alrededor un pequeño campo de estelas discoideas.
Siguiente parada: Sos del Rey Católico
El siguiente hito en nuestro viaje sería llegar al alojamiento en Sos del Rey Católico, localidad perteneciente a Aragón. Lo contaremos por aquí.
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